Cuando decides ofrecer tu esmero y dedicación a un proyecto, te lo tienes que tomar en serio, o por lo menos, tiene que apasionarte tanto como para consumir en el tu tiempo, tu preciado tiempo. Entonces, que menos que lavarle la carita de vez en cuando, como si fuera tu niño pequeño, porque, al fin y al cabo, que es para un diseñador/creativo/estudiante/aspirante/oloquequieraqueseas cualquiera de sus trabajos, sino el niño de sus ojos.
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